REFLEXIONES SOBRE EL BAJO NIVEL DE PRODUCTIVIDAD EN ESPAÑA: MOTIVOS Y POSIBLES SOLUCIONES

MÁS INDUSTRIA comparte la preocupación expresada recientemente por el analista económico Marc Vidal en los micrófonos de la Cadena Cope sobre la caída de la productividad en España, fenómeno que se ha extendido desde el año 2000 y ha exacerbado la brecha con la Unión Europea.

El análisis de Vidal destaca que mientras España ha experimentado una disminución del 7,3% en productividad, otros países como Estados Unidos, Alemania y Reino Unido han registrado un crecimiento significativo. “Mientras que en EEUU crecía un 15,5%, en Alemania un 11,8% o en Reino Unido un 8,8%, en España caía un 7,3%”, señalaba el experto economista. Esta situación nos coloca en la retaguardia de la OCDE y nos remonta a niveles de 2009.

La baja productividad no solo impacta en el crecimiento del Producto Interno Bruto per cápita, sino que también afecta la riqueza nacional, el nivel de vida, la desigualdad, el sector productivo y la creación de empleo. Es crucial reconocer que la falta de atención a este tema amenaza el bienestar social y desincentiva la inversión.

A estas alturas, la cuestión que se plantea es ¿cómo es que la productividad en España ha experimentado una disminución mientras que en otros países no? Según este experto, la respuesta radica en que «otros países han cumplido con sus responsabilidades» y han logrado «eliminar la dependencia de sectores menos productivos».

A modo de ejemplo, señala que, mientras España ha aumentado su dependencia en el sector servicios, países como Estonia o Irlanda han fomentado la industria tecnológica. A pesar de las circunstancias desfavorables, destaca que «la diversificación del suministro energético español» ha evitado una caída más pronunciada, gracias al esfuerzo inversor de las empresas energéticas, aunque estas enfrenten impuestos específicos.

Sin embargo, a juicio de Vidal, los elementos que contribuyen a la baja productividad «proceden de una sobrecapitalización en el sector inmobiliario, una inversión insuficiente en activos intangibles, una ineficiencia laboral y educativa inexplicable, y la propia estructura de nuestro tejido productivo», algo de lo que ya llevamos tiempo advirtiendo desde MÁS INDUSTRIA.

En MÁS INDUSTRIA también coincidimos con Vidal en llamar la atención sobre esta situación que parece que no está importando a nadie. Además, abogamos por redirigir las inversiones hacia sectores altamente productivos, aumentar la inversión en investigación y desarrollo, reformar la educación, premiar a las empresas que promueven la utilización efectiva de trabajadores cualificados y eliminar barreras que obstaculizan la inversión extranjera. Además, instamos a las empresas a llevar a cabo una verdadera digitalización y capitalización, incentivando la adquisición de maquinaria, automatización y mejoras organizativas. Todo esto no se consigue actualmente por la alta presión fiscal que descapitaliza a las empresas y a los trabajadores, la burocratización excesiva que desincentiva, bloquea, retrasa y encarece los proyectos, y la mala gestión de los presupuestos públicos de economía planificada que tenemos en España. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para revertir esta situación y fortalecer el tejido industrial español, y más concretamente, el andaluz, apostando por la innovación, la eficiencia y la colaboración entre sectores público y privado.